Problemas de escritura frecuentes

Aprender a escribir es un proceso complejo.

Estos son algunos de los problemas que observamos con más frecuencia:

El instrumento de escritura no se sujeta correctamente.

Hay una forma correcta de escribir que fomenta la escritura fluida y la facilidad de dibujo. Muchos niños tienden a sujetar el lápiz con toda la mano. Esto no les permite dibujar unas formas correctas y los obliga a usar todo el brazo en cada movimiento. Algunos niños tienden a sujetar sus instrumentos de escritura demasiado cerca de la punta, lo que les impide ver lo que escriben. Al escribir, el campo de visión es muy importante. Para escribir bien, los niños tienen que ver la punta del instrumento de escritura y el punto donde entra en contacto con la hoja. También es fundamental que el niño vaya haciendo una comprobación visual mientras escribe. De este modo, recordará mejor las letras y podrá corregir lo que está haciendo sobre la marcha. Este mal hábito también tiene otras consecuencias, como una mala postura de la espalda o fatiga muscular.

 

Dificultades en la postura corporal. Antes de empezar a sujetar bien el instrumento de escritura hay que colocar al niño correctamente con respecto al papel sobre el que van a escribir. Por ejemplo, si la hoja queda justo delante de ellos, en línea recta, el codo chocará contra el torso del niño y esto le impedirá mover el brazo de izquierda a derecha, como se hace al escribir. Sin embargo, si se coloca el papel con un cierto ángulo, el niño tiene una libertad total de movimientos y podrá extender o flexionar la muñeca. Un cierto nivel de flexión-extensión de los dedos les permitirá después escribir con letra cursiva.

 

El instrumento de escritura tiene un papel fundamental a la hora de aprender a escribir.

Los expertos afirman que los instrumentos de escritura deben tener un diámetro relativamente grande para facilitar el agarre. El tamaño más adecuado para las manitas de los niños de entre 4 y 8 años está entre los 8 y los 11 mm. La herramienta de escritura se debe poder sujetar con comodidad y permitir libertad de movimientos. Algunos de los instrumentos que hay hoy en día imponen un único agarre, para los niños que son diestros o zurdos únicamente. Estos instrumentos fuerzan ese tipo de agarre, lo que hace que los niños pierdan tiempo intentando colocar las manos y los dedos correctamente.

 

Texto revisado por David Boisdevesys, diseñador de producto en BIC y especialista en ergonomía, y Philippe Kostka, especialista en psicomotricidad.

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